Directorio Legislativo



Noboa busca la reelección en un contexto de inestabilidad institucional y violencia social




El 9 de febrero, Ecuador celebrará elecciones generales para definir la presidencia, la vicepresidencia y los 151 escaños de la Asamblea Nacional para el período 2025-2029. La contienda se perfila polarizada entre el actual mandatario, Daniel Noboa, quien busca la reelección con el respaldo de Acción Democrática Nacional (ADN), y Luisa González, candidata de Revolución Ciudadana (RC),movimiento liderado por el expresidente Rafael Correa.

Pese a mantener una base de apoyo sólida, Noboa enfrenta el desafío de sostener el impulso de su candidatura tras una leve caída en la intención de voto en enero, lo que pone en duda su capacidad para alcanzar el 40 por ciento de los votos y evitar una segunda vuelta el 13 de abril. Su reto no solo radica en consolidar su respaldo, sino en frenar la dispersión de votos hacia candidaturas emergentes y contener el crecimiento del voto nulo o en blanco.

Por otra parte, aunque se mantiene como la principal contendiente opositora, Luisa González muestra dificultades para expandir su base electoral más allá del núcleo correísta. Su incapacidad para captar de forma sostenida a los indecisos y capitalizar el descontento con la gestión oficialista podría limitar sus opciones de triunfo.

Las elecciones presidenciales en Ecuador decidirán el futuro político y económico del país en medio de una crisis multidimensional. Si Daniel Noboa es reelegido, continuará enfrentando problemas como la inseguridad, el desempleo, la crisis energética y la corrupción, además de consolidar apoyo en una Asamblea fragmentada.  En contraste, un triunfo de Luisa González implicaría el regreso del correísmo, con un enfoque en la intervención estatal, reformas en seguridad y justicia, y mayor inversión en políticas sociales. 

Más allá del resultado, el próximo gobierno deberá enfrentar la fragmentación legislativa y construir consensos en un entorno de polarización para lograr estabilidad política y económica.

Elecciones legislativas

La próxima Asamblea Nacional reflejará una nueva configuración política tras la ampliación de 137 a 151 escaños. En este contexto, el oficialismo (ADN) podría aumentar su actual bancada de 27 asambleístas. Sin embargo, sigue siendo improbable alcanzar la mayoría absoluta, lo que obligaría al gobierno a forjar alianzas para viabilizar su agenda legislativa. Por otro lado, RC enfrenta el riesgo de perder representación y consolidarse como la segunda fuerza política, buscando mantener su capacidad de influencia a través de acuerdos estratégicos, potencialmente con el Partido Social Cristiano. 

En este contexto, los partidos menores, aunque sin perspectivas reales de disputar la presidencia, podrían desempeñar un papel clave en la configuración de la Asamblea Nacional. Su capacidad para atraer a un electorado indeciso y fragmentado podría redefinir el equilibrio de poder, obligando a los bloques mayoritarios a establecer alianzas estratégicas para gobernar en un entorno legislativo complejo.

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